Mujer de negocios mirando holograma

Puntos en destaque

1. Más de 130 países están evaluando las monedas digitales de los bancos centrales (CBDC, por sus siglas en inglés) como alternativa digital al efectivo, con varios programas piloto en marcha.

2. Aunque las CBDC ofrecen ventajas, como la mejora de la inclusión financiera, la eficiencia de los pagos y la innovación tecnológica, su introducción implica retos jurídicos, operativos y económicos.

3. El éxito de la adopción de las CBDC dependerá de un diseño que equilibre la seguridad, la privacidad y la estabilidad financiera, garantizando que complementen los sistemas monetarios existentes.

El rol de los bancos centrales en la era digital

¿Qué es una CBDC?

Las monedas digitales de los bancos centrales (CBDC) son formas digitales de moneda nacional emitidas por bancos centrales, distintas de las monedas digitales del sector privado. La aparición y adopción de monedas digitales privadas en la última década como métodos de pago alternativos ha llevado a los bancos centrales de 130 países, que representan alrededor del 98% del PIB mundial, a estudiar la introducción de sus propias CBDC, 32 de las cuales han avanzado hasta convertirse en programas piloto o lanzamientos reales. 

Una CBDC está diseñada para que funcione de forma similar al efectivo físico: debe facilitar el intercambio, preservar el anonimato de los pagos, no devengar intereses y servir como depósito de valor confiable. Las CBDC están pensadas para complementar el efectivo, no para sustituirlo, aunque su importancia futura en relación con el efectivo dependerá de diversos factores. Un modelo común de CBDC funcionaría ofreciendo a los usuarios cuentas gratuitas en el banco central, similares a las cuentas bancarias privadas existentes. 

Los principales bancos centrales, como la Reserva Federal, el Banco Central Europeo y el Banco de Inglaterra están evaluando la viabilidad de las CBDC. El Banco Popular de China (BPC) está muy avanzado en este campo, ya que ha lanzado el e-CNY, que está a disposición de los consumidores en 29 regiones de prueba de China y se usa con regularidad. Fuera de China, solo unos pocos países más pequeños han lanzado CBDC, entre ellos las Bahamas, Nigeria y Jamaica. Es probable que los bancos centrales de Europa y EE. UU. permanezcan durante algún tiempo en las fases de exploración y diseño, siendo necesaria la aprobación legislativa para la implantación de las CBDC. Aunque este proceso puede llevar varios años, la intención actual es que se creen CBDC en los próximos años.

¿Por qué son necesarias las CBDC?

Como la mayoría de las transacciones en las economías desarrolladas son digitales, hay dudas sobre la necesidad de las CBDC. De hecho, muchos argumentarían que hay poca necesidad o demanda de CBDC en economías con sistemas de pagos digitales plenamente desarrollados. Sin embargo, aunque los sistemas actuales proporcionados por empresas privadas son eficaces, siempre hay margen para la mejora y la innovación en los pagos, y la introducción de las CDBC podría ser un factor clave que lo motive. 

Existen cinco argumentos principales sobre las ventajas que podrían ofrecer las CBDC frente al statu quo y las criptomonedas privadas; sin embargo, en nuestra opinión, ninguno de ellos es un argumento convincente para acelerar su introducción. Esta puede ser una de las razones por las que, hasta ahora, los avances han sido relativamente lentos. Otras razones que explican la lentitud de los avances, al margen de China, probablemente estén relacionadas con obstáculos legales y operativos, o con la falta de convicción sobre los beneficios para los usuarios finales. 

Los argumentos a favor de la introducción de las CBDC son:

  • Inclusión financiera: Las CBDC pueden mejorar el acceso a los pagos digitales en zonas con escasa presencia bancaria, subsanando las deficiencias del sistema actual, que presta servicio principalmente a quienes tienen acceso a la banca, especialmente en regiones donde el acceso a los servicios bancarios tradicionales es costoso o difícil desde el punto de vista logístico (p. ej. las Bahamas, donde la dispersión geográfica y las infraestructuras limitadas pueden dificultar el acceso de los residentes a las sucursales de los bancos comerciales). Cabe señalar que los países en desarrollo que más probabilidades tienen de beneficiarse de las CBDC que promueven la inclusión financiera también son los que probablemente carecen de los recursos necesarios para implementarlas.
  • Fomentar la transición hacia un sistema financiero digital: Las CBDC podrían reducir los costos y las fricciones en las transacciones digitales, y apoyar la introducción y adopción de otros activos digitales, como los bonos digitales y los activos tokenizados. En nuestra opinión, esto debería beneficiar tanto a las empresas como a los consumidores.
  • Mantener la confianza en la moneda emitida por el Gobierno: Las CBDC pueden ayudar a mantener la confianza y la relevancia de las monedas emitidas por los gobiernos en medio del auge de las criptomonedas privadas, mitigando los riesgos de inestabilidad financiera y garantizando la liquidez en periodos de incertidumbre. En comparación con las criptomonedas privadas, las CBDC también deberían ser un depósito de valor estable. 
  • Pagos transfronterizos: Las CBDC pueden facilitar transacciones transfronterizas rentables, ofreciendo a los bancos centrales un medio para mejorar la eficiencia de los pagos. La reciente preocupación por las perspectivas a largo plazo de la política económica y exterior de EE. UU. puede acelerar la búsqueda de alternativas a los actuales sistemas transfronterizos dominados por el dólar. En el marco de la reciente iniciativa mBridge, los bancos centrales de China continental, Hong Kong, Tailandia y Emiratos Árabes Unidos aprovecharon la tecnología de cadena de bloques y de registro distribuido para facilitar las transacciones entre pares en tiempo real.
  • Innovación tecnológica: Las CBDC reguladas podrían impulsar la innovación en los servicios de pago, mejorando la eficiencia del sistema y reduciendo los costos, a diferencia de las criptomonedas no reguladas.

¿Cuáles son los riesgos económicos?

Aunque las CBDC ofrecen ventajas, también implican riesgos:

  • Desintermediación del sector bancario: Esta es una preocupación fundamental, ya que las CBDC podrían reducir los depósitos bancarios privados, lo que afectaría a la disponibilidad de préstamos y podría ralentizar el crecimiento económico y la innovación.
  • Estabilidad financiera: La facilidad para transferir fondos de bancos privados a bancos centrales podría exacerbar la inestabilidad financiera a través de posibles «retiradas masivas de depósitos» si los ciudadanos cambian sus depósitos comerciales a depósitos en bancos centrales, o a otros bancos comerciales, durante periodos de incertidumbre sobre la solvencia, como se ha visto en casos como el del Silicon Valley Bank.
  • Riesgo de fraude: Los depósitos digitales son vulnerables a la piratería informática, lo que podría implicar la creación de monedas digitales falsificadas, estafas de phishing o la manipulación de las tasas de cambio de las monedas digitales. Estas amenazas exigen medidas de seguridad sólidas para generar confianza en las CBDC.
  • Anonimato: Garantizar el anonimato de las transacciones es crucial. Sin él, la adopción podría ralentizarse, socavando los beneficios de las CBDC.
  • Riesgos de censura e interferencia pública: La adopción generalizada de los CBDC podría, en teoría, abrir la puerta a la injerencia gubernamental en el sector privado y en la autonomía financiera individual. La capacidad de bloquear carteras o vigilar transacciones podría utilizarse con fines reguladores legítimos, pero potencialmente, también con fines de control político o social. El alcance de estos riesgos depende en gran medida del diseño específico y la gobernanza de la CBDC en cada país. Algunos gobiernos estudian la posibilidad de preservar la privacidad, mientras que otros dan prioridad al control y la trazabilidad.  

¿Cómo sería una CBDC exitosa?

El éxito de la implantación de las CBDC depende de un diseño bien pensado que aborde los riesgos potenciales. Como muchos bancos centrales siguen en la fase de exploración de sus proyectos de CBDC, persisten las incertidumbres. Sin embargo, la literatura sobre el tema indica que una CBDC exitosa poseería las siguientes características:

  • Intercambiabilidad con efectivo: Las CBDC deben considerarse intercambiables con el efectivo sin intereses, manteniendo el papel fundamental de la moneda fiduciaria en la economía. 
  • Límites de cuenta: Para mitigar el riesgo de desintermediación del sector bancario y la inestabilidad financiera, las cuentas en CBDC deberían tener límites estrictos. Las investigaciones realizadas para la Unión Monetaria Europea indican que debería disponerse de un rango óptimo de entre 1.500 y 2.500 euros por usuario (en el que los fondos puedan fluir automáticamente y sin obstáculos en cualquier dirección entre cuentas) para facilitar las transferencias fluidas entre cuentas de CBDC y cuentas bancarias del sector privado, reduciendo las fricciones en términos de tiempo y costos. 
  • Seguridad tecnológica: Las CBDC deben poder usarse tanto en línea como fuera de línea, con medidas de seguridad robustas para evitar el «doble gasto» y garantizar la integridad de las transacciones.
  • Anonimato e integridad de las transacciones: Garantizar el anonimato de las transacciones es fundamental, junto con mecanismos que impidan que las autoridades denieguen injustamente las transacciones. Esto fomentará la confianza de los usuarios y favorecerá la adopción. Sin embargo, estas preocupaciones deben sopesarse con la necesidad de garantizar la trazabilidad de las transacciones con fines legales y regulatorios, por ejemplo, para combatir el lavado de dinero y otros delitos financieros. 
  • Acceso e interoperabilidad: Las cuentas en CBDC (monederos digitales) deben estar disponibles principalmente para residentes y empresas seleccionadas dentro de un país. También deberían ser fácilmente intercambiables con otras CBDC de forma rentable para facilitar los pagos transfronterizos. 

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Un análisis sobre las monedas digitales emitidas por bancos centrales, su potencial apra ampliar la inclusión financiera y su impacto en el futuro de la política monetaria. Conozca más en nuestro informe del CIO. 

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